sábado, 30 de julio de 2011

¿GANAR Y GANAR O GANAR Y PERDER?


            Luego de que logres los hábitos que te llevarán a tu independencia, el contexto del YO: yo hago, yo puedo, yo avanzo, estarás preparado para comenzar con los hábitos de la VICTORIA PÚBLICA, o sea el ámbito de la interrelación con otros, lo que Covey llama la INTERDEPENDENCIA.
            Es básico para ser efectivo, tener incorporados los hábitos de la independencia: Sea proactivo, Empiece con un fin en la mente y Establezca primero lo primero, pero ¿para qué te sirven si no los practicás en una relación? ¿Podés conseguir tus éxitos solo?
            Las relaciones son inherentes a cualquier proceso, ya sea éste de tipo afectivo o laboral, por ende, las interrelaciones nos acompañan durante toda la vida, y la efectividad que podamos lograr en las mismas, nos conducen a un espacio de paz y logros.
            ¿Te parece que en las interrelaciones son estas tres las únicas posibilidades?
v     Perder porque el otro gana.
v     Ganar porque el otro pierde.
v     Perder ambos porque no se llega a un acuerdo.
La mejor victoria es aquella en la que ganan todos. Salomón.

En todas nuestras acciones hay otro u otros involucrados. En todas nuestras
acciones debemos buscar un beneficio mutuo.
            PIENSE EN GANAR-GANAR es el cuatro hábito de la gente altamente efectiva, según Covey.
            Este pensamiento cuestiona la premisa, tan instalada en el mundo, de que la vida es un juego de suma cero: para que alguien gane, el otro tiene que perder y viceversa.
            Cuando pensamos en ganar-ganar, establecemos relaciones desde una mente ABUNDANTE, cuando pensamos en que el otro obtenga beneficios simultáneos a los nuestros, lo que conseguimos es el BIEN COMÚN, RELACIONES ESTABLES QUE SE RETROALIMENTAN Y ASENTAMIENTO DE LA CONFIANZA.
            En tus relaciones:
            ¿Pensás sólo en vos y el otro tiene que ajustarse a lo que vos querés?
            ¿Hacés tratos en los que siempre vos sos el que se beneficia?
            ¿Pensás en el otro al momento de exigir algo?
            ¿Estás dispuesto a ceder en algo si de esa manera, el otro y vos salen beneficiados?
           
            ¿Cuánto tiempo más crees que durará una relación en la que el otro es sólo un elemento dispuesto a satisfacer tus necesidades?
           
            ¿En un negocio, tratás de sacar “ventaja” de tu otra parte?
            ¿Creés que le ganaste a un cliente a quién pudiste engañar…o lo perdiste para siempre?
             Las relaciones que no se establecen sobre el paradigma de GANAR-GANAR generan pérdidas y hacen nacer un duelo de control en donde el timón lo lleva, la manipulación.
            Una relación sana siempre se rige por el GANAR-GANAR. Esta es la opción de poder personal entre dos personas íntegras y con grandes valores.
            Fijate: Cuando sos PROACTIVO: elegís respuestas adecuadas en tus relaciones; TENÉS UN FIN EN LA MENTE: el de el beneficio mutuo y ESTABLECES PRIORIDADES: la creación de un vínculo de confianza, es porque estás preparado para la INTERDEPENDENCIA por haber aprehendido a encuadrarte dentro de tu propia INDEPENDENCIA.
            Te comparto una historia que te mostrará cómo siempre, hay más opciones cuando ya parecen todas agotadas.
Un abogado debía comprar un negocio para un cliente, que estimaba valía u$s 2.000.000. La vendedora era una viuda, que quería por él u$s 3.000.000. Por más que trataron de llegar a un acuerdo, ninguno de los participantes estaba dispuesto a correrse de su posición inicial.
Entonces el abogado recordó que siempre hay una tercera posición. Habló con la viuda para saber cuáles eran los motivos de su intransigencia.
Ella le explicó que había prometido al marido que cuando muriera, sus hijos iban a quedarse con un u$s 1000000 y que esa era la razón por la que no vendería sin ese millón en la cifra.
Y el abogado encontró la tercera posición. Ofreció a la viuda contratarle un seguro de vida por u$s 1000000, cuya prima sería abonada por su cliente. De esa forma, cuando la viuda falleciera sus hijos se harían del dinero que ella había prometido.
Por la edad de la viuda al momento de la transacción, el seguro costaría a su cliente alrededor de u$s 50000.
¿Perdió su cliente? No, porque consiguió el negocio ahorrándose u$s 950000.
¿Perdió la viuda? No, porque consiguió lo que había prometido para sus hijos.

SIEMPRE hay una tercera opción cuando pensamos en GANAR-GANAR.
Por el placer de compartir. Rita


           



           















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