viernes, 22 de abril de 2011

PERDONARTE Y PERDONAR


            Considero de nuestro interés, ir al origen de la palabra PERDÓN: PER, que significa pasar y pasar por encima, y DONAR, que no es otra cosa que dar (o dado, es decir que se ha dado o nos han dado). Con la debida licencia, podemos decir que PERDONAR es dejar de lado algo recibido, bueno o malo. No prestarle atención. ¿Sencillo, verdad?
            ¿Se te hace sencillo perdonar?
            ¿Perdonás con facilidad?
            ¿Perdonás tus propios errores?
            Si no es así, te pregunto: ¿Por qué? ¿Cuál es tu razón importante para no dejar de lado algo que te ha dañado?
            ¿Para qué? ¿Para qué te sirve seguir cargando lo que te hirió?
            Sostengo que esa resistencia que creamos sólo nos conduce al resentimiento.
El tema del día era el resentimiento, y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase, elegimos una papa por cada persona a la que le guardábamos resentimiento, escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados, esa bolsa de papas. 
Naturalmente, la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. La molestia de llevar a cuestas esa bolsa en todo momento, me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran mas importantes para mí.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra mochila. 
Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantenerme en el dolor, los enojos y la negatividad.
            ¿Para qué cargar un peso inútil?
            ¿Para qué envenenarnos hasta enfermarnos?
            ¿Para qué?
            ¿Para qué dañarte a vos mismo culpándote? La culpa es uno de los sentimientos que menos sentido tiene. ¿Qué conseguís culpándote? ¿Te hace sentir mejor? ¿Deshace lo que considerás que no hiciste bien? ¿Y echar culpas a otro? ¿Vuelve atrás el tiempo y te da la posibilidad de que las cosas sean diferentes?
                "La felicidad yace en la habilidad de perdonar el pasado y disfrutar el presente.  Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre...pero a menudo nosotros nos quedamos mirando tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que ya se ha abierto para nosotros."  Helen Séller
            Muchas veces pensamos que perdonar es liberar al otro, y en realidad, perdonar es liberarnos a nosotros mismos.
            Al que te ofendió o dañó, no le interesa lo que te pasa, y no es necesario para tu liberación, que se entere de que lo perdonaste porque esta acción te hará libre a VOS. Él seguirá su camino independientemente de lo que vos hagas. Y mientras no perdones serás un esclavo de la situación.
            "Dos ex prisioneros de guerra se encuentran y, al hablar de lo vivido, uno le pregunta al otro: ¿Has logrado perdonar a tus carceleros? A lo que el otro le responde: No, y nunca lo haré. Su amigo le dice: Entonces, aún te tienen prisionero..."
            El perdón es una expresión de amor. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes, ni que lo tengas que olvidar. De hecho, se puede perdonar sin olvidar, es más, hago importante que así sea porque eso me permitirá el aprendizaje de saber con quién me quiero relacionar y de qué forma. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente, significa dejar de lado el resentimiento que aparece cuando alguien nos defraudó. ¿Cómo te sentirías si lograras dejar las cosas como están y continuar tu vida? ¿Cómo sería viajar más liviano? ¿Cómo vivirías si en vez de albergar resentimiento y rencor en tu alma, sobre el tema que lo provoca sólo construyeras olvido?
Algunas veces nos herimos o decepcionamos, y  esto nos sirve para aprender a practicar el delicado arte del perdón humano, hasta que llegamos al punto en que nos es posible, superar la herida en lugar de recordarla con ira y resentimiento.
En el acto de perdonar nos liberamos de la esclavitud. Sólo entonces podemos avanzar y amar nuevamente, pues la experiencia nos habrá hecho más sabios.
¿Pero, qué hago para perdonar?
            ¿Cómo lo hago?
            Simplemente, se trata de decir (y ni siquiera está la necesidad de que la otra persona esté delante) DESDE EL CORAZÓN Y LA ESENCIA: “Yo te perdono” y si es con vos: “Yo me perdono”.
            Un ejercicio reconfortante y pacificador es escribir una carta a esa persona (que no vas a mandar) o escribirte una carta a vos mismo. Si lo ponés en práctica quisiera conocer las diferencias entre tu estado al comenzarla y el que lograste al terminarla.
"No es necesario que sepas cómo perdonar. Sólo alcanza con estar dispuesto a hacerlo.  De todo lo demás se ocupará el Universo"  Louise L. Hay.
            El resentimiento es un estado de ánimo.
Se trata de cambiar tu estado de ánimo, desde el resentimiento a la paz. El primer paso es la ACEPTACIÓN. Aceptá lo que sucedió, seguí adelante y la paz se instalará donde antes estuvo el resentimiento.
"Perdonar es un proceso. Perdonamos poco a poco, mientras seguimos adelante con nuestras vidas. A cada paso que avanzamos en el camino del perdón, nos sentimos mas libres". 
Mary Manin Morrissey.
            ¿A quién necesitás perdonar?
            ¿A vos?
            ¿A quién más?
            ¿Qué te impide hacerlo?
            ¿Te sentís bien, atado a ese suceso?
            ¿Qué objetivo cumplís con no perdonar?
            ¿Adónde te lleva?
                Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron hasta que uno le dio una bofetada al otro. Éste, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:  
"Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro". 
    Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse, tomo un estilete y escribió en una piedra: 
"Hoy, mi mejor amigo me salvo la vida". 
    Intrigado, el amigo pregunto: ¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo. Cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde el viento no podrá borrarlo". 
             
            “Vengarse de una ofensa es ponerse al nivel de los enemigos; perdonársela es hacerse superior a ellos”. La Rochefoucauld

Amanecer con un perdón en los labios es una hermosa manera de iniciar el día, y esto podría ser –según la dimensión de lo perdonado- el inicio de una nueva vida. Collado
¿Te parece poco para intentarlo?

¡Que tengas una Felices Pascuas! Un gran PASO desde el resentimiento hacia la paz.

Por el placer de compartir. Rita

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