En su obra maestra, LOS SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA, Stephen Covey, avezado escritor y líder mundial de conductas, nos da las claves para vivir en el estado necesario para aumentar nuestra efectividad.
Según el autor, el desarrollo de estos hábitos comienza en un estado de dependencia, nos permite llegar a uno de independencia para luego, lograr el estado ideal, el de la interdependencia.
En el estado de dependencia, sólo podemos actuar en el ámbito del TU: tu me ayudas, tu me guías, tu me enseñas, tú me acompañas.
De-pender. Pender: colgar, de algo, sea lo que sea, hace que no te hagas cargo de tu vida.
“No manejo ya que VOS siempre me llevás.”
“No hablo más porque VOS no me escuchás.”
¿En donde recae la responsabilidad de la acción?
Hábito es una acción repetida que al principio se realiza en forma conciente pero que una vez internalizada, pasa a formar parte de nuestro ser-hacer y la ejecutamos en transparencia.
Los tres primeros hábitos pertenecen al contexto de la VICTORIA PRIVADA , es decir al conjunto de características que tenemos dentro de nuestra personalidad independientemente de nuestras relaciones con los demás.
PRIMER HÁBITO: SEA PRO-ACTIVO
No significa que tengas la tendencia a ser activo sino a que tengas iniciativa pero esa iniciativa está concebida, en este hábito, como la capacidad de elegir tu respuesta ante cualquier estímulo. La responsabilidad, habilidad de responder, es lo que se profundiza porque si tenés habilidad para responder es porque sos capaz de elegir la mejor respuesta ante lo que te sucede. Apunta específicamente a que no te quedes esperando que las cosas sucedan sino a HACER QUE LAS COSAS SUCEDAN.
Si las cosas te sucedieron, es en gran parte tu responsabilidad. Asúmela y tu vida cambiara.
Si en vez de dejar o esperar que las cosas sucedan, vos hacés que sucedan, podrás elegir qué querés que pase, entonces, lo que pase no será en perjuicio tuyo.
Sos un humano con libertad, imaginación y voluntad independiente, por lo tanto podés ELEGIR.
El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.
¿Te ves afectado a menudo por tu ambiente físico?
¿Te afecta si te tratan “bien” o “mal”?
¿Tus respuestas son del mismo tenor que lo que te sucede?
¡DESPERTÁ! Porque estás RE-ACCIONANDO, que es lo contrario de ser PRO-ACTIVO. No sólo no estás eligiendo tu respuesta usando todas las herramientas que como humano disfrutás (elegir, decidir, etc.), sino que entrás en estado de estrés porque estás accionando DEMÁS, o sea con una carga en tu acción que puede ser evitada si te detenés a pensar en cuál es el valor de esa re-acción y en cómo te quedarás, después.
Las personas pro-activas llevan consigo su propio clima.
Se mueven por valores meditados y seleccionan su respuesta.
Responden con habilidad eligiendo su respuesta.
¿Te escuchás decir algunas de estas cosas?
Yo soy así.
Tengo que hacerlo.
No puedo hacer nada.
Me vuelve loco.
No puedo.
Debo
Si es así, tu lenguaje (el que no es inocente) te está mostrando que estás siendo una persona RE-ACTIVA.
Fijate qué diferencia:
Veamos alternativas.
Podemos intentar algo diferente.
Voy a pensar y elegir una respuesta adecuada.
Elijo no contestar.
Prefiero hablar cuando estés más tranquilo.
Este es un lenguaje PRO-ACTIVO.
Los resultados de nuestra vida están determinados en lo fundamental por nuestra respuesta a cada acontecimiento. ¿Elegimos ser héroes o víctimas en nuestros dramas vitales?
Nadie puede herirte sin tu consentimiento. Eleanor Roosevelt
Y nadie mejor que el propio maestro, Stephen Covey para ayudarlos.
Por el placer de compartir. Rita
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